La lengua es como un cuchillo afilado

Reflexionar y evolucionar

La lengua es como un cuchillo afilado; mata sin derramar sangre. - Buda

¿Alguna vez has dicho algo de lo que luego te arrepentiste? ¿Eres humano?

El proverbio de esta semana nos recuerda el impacto devastador que pueden tener las declaraciones negativas en quienes nos rodean y en nosotros mismos.

Todos hemos dicho alguna vez algo sin pensar detenidamente en el impacto que tendrían nuestras palabras. Una vez que se ha dicho algo, no se puede retractar. Según la gravedad de lo que se ha dicho, puede permanecer en la mente de los demás durante toda la vida. Puede ser la raíz de un divorcio, la causa de la ansiedad, la razón por la que alguien puede adoptar un comportamiento destructivo o algo peor.

Los palos y las piedras pueden quebrar huesos, pero, contrariamente a lo que se piensa en la infancia, las palabras pueden herir y de hecho lo hacen. Lo que dices y cómo lo dices importa. Esto se aplica tanto a la forma en que te hablas a ti mismo como a los demás. Contrarresta tus propios juicios autodestructivos tan pronto como surjan en tu mente.

Esta semana, desafíese a hacer una pausa intencional para respirar antes de decir algo. Use este momento para preguntarse lo siguiente:

¿Lo que digo empoderará a esta persona?
¿Podría lo que digo dañar a esta persona?
¿Estoy hablando desde un lugar de ego o de verdad?
¿No decir nada es la mejor alternativa en estos momentos?

Como dice Don Miguel Ruiz en su profundo libro Los 4 Acuerdos , “Sé impecable con tus palabras. Habla con integridad. Di sólo lo que piensas. Evita usar la palabra para hablar en contra de ti mismo o para chismear sobre los demás. Usa el poder de tu palabra en dirección a la verdad y al amor”.

Nunca olvides que TÚ tienes el poder de mejorar o destruir. Elige sabiamente.

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