por Trinity Hogan mayo 16, 2022 4 lectura mínima
La esencia de la creación está alojada dentro del espíritu femenino divino. Ella recibe, nutre, multiplica, suaviza, fortalece y nutre todo lo que se le da.
Por el contrario, el divino masculino proporciona, protege, defiende, conceptualiza y honra todo lo que se le da.
La dualidad entre los dos es lo que hace avanzar la vida, crea equilibrio en el Universo y apoya el crecimiento eterno.
En el nivel más básico, estas dos fuerzas opuestas pero aliadas deben coexistir para hacer avanzar a la especie humana. Cuando está sana y equilibrada, esta relación simbiótica produce los recursos más preciados del mundo... la vida.
Los árboles frutales, los bebés recién nacidos, el día/la noche, el arriba/abajo, las estaciones, el clima, los pollitos y todo lo demás que puedas imaginar se crea mediante la unión de los espíritus divinos femenino y masculino.
Y no estamos hablando sólo de “una mujer”, sino de la divina energía femenina de creación, crecimiento, alimento y vida, que reside en una mujer, así como en otros elementos Universales.
Cabe decir que honrar lo divino femenino no es ignorar o restar importancia a lo divino masculino de ninguna manera, ya que al elevar lo divino femenino, naturalmente elevamos también lo divino masculino.
Pero por el bien de este artículo, deseamos explorar únicamente la manifestación física de lo divino femenino...
Cuando uno piensa en su abuela o su madre, le vienen a la mente pensamientos probables de suavidad, compasión, fuerza interior y un abrazo reconfortante.
Aquellos de nosotros que hemos tenido la suerte de haber experimentado esta encarnación de lo divino femenino estaríamos de acuerdo en que el abrazo de una madre se siente como en casa, sin importar la edad que tengas.
No hay nada como el amor de una mujer o de una madre para hacerte sentir que el mundo estará bien, pase lo que pase. Este poderoso aspecto del espíritu femenino divino ayuda al mundo a mantener la esperanza, a tener compasión y a mostrar amor a perfectos desconocidos.
Una mujer que ha hecho la transición a la maternidad alcanza un nivel de fuerza y misteriosa resiliencia incomparable con otros ritos de iniciación. No sólo habrá soportado el nivel más alto de dolor conocido por la humanidad durante el parto, sino que todo su cuerpo cambia en respuesta al acto de dar vida.
Sus caderas se abren, sus pechos se llenan de leche, su mente cambia al modo de protección, se prioriza su devoción por la salud y la seguridad de sus hijos y su intuición se intensifica para "ver" las cosas antes de que sucedan.
Si bien durante mucho tiempo se pensó que algunos de estos cambios eran “tonterías”, la ciencia ha comenzado a demostrar la validez de estos poderosos y divinos cambios femeninos.
Los neurólogos han comenzado a estudiar el cerebro de la mujer para determinar cómo cambia durante el embarazo y después del parto.
El cerebro de una madre se convierte en una máquina diseñada para proteger, cuidar, nutrir y amar a su hijo. El área del cerebro que regula las emociones (amígdala) aumenta su actividad y se establecen nuevas vías neurológicas en respuesta a la maternidad.
Estos cambios se han teorizado como una adaptación evolutiva que resulta en una hipersensibilidad a las necesidades de su bebé, necesarias para sustentar la vida.
Muchas culturas alrededor del mundo creen que el Universo mismo fue creado por el espíritu divino femenino, y posiblemente cómo no pudo haber sido así.
La mujer crea vida donde antes no la había. Los agujeros negros, las “cosas” más misteriosas del Universo, podrían ser los canales de nacimiento originales por los que pasó nuestro mundo para convertirse en lo que es.
¿Será que el Universo mismo es la manifestación física y energética del divino espíritu femenino?
Encarnar el espíritu femenino divino es un gran trabajo y requiere mucho descanso para asegurar la fuerza necesaria para soportar las muchas exigencias diarias que se le presentan.
Si no se descansa, la mujer puede quemarse, volverse irritable y desgastar sus facultades. El antídoto... ¡tomarse un tiempo para ella misma!
Si bien hay muchas maneras de honrar lo divino femenino, proponemos brindarles a las mujeres de su vida (incluida usted misma) espacio y herramientas para que ellas mismas se nutrirán.
Como mujer y madre, somos llamadas regularmente en veinte direcciones diferentes, exigiéndonos dar desinteresadamente a todos los necesitados.
Por eso, cuando llega el momento de recargar energías, o rellenar nuestras tazas vacías, muchas veces lo mejor es simplemente tomar espacio (o darle un poco de espacio) para rejuvenecer su ánimo.
¡Nuestro kit de intención de relajación fue diseñado específicamente para apoyar y honrar el espíritu femenino divino de una manera que reviva su núcleo para que pueda continuar siendo la persona amorosa y afectuosa que sabemos que es!
Con 4 artículos esenciales para el cuidado de la piel y 4 obsequios energéticos adicionales, este kit es el regalo perfecto para cualquier mujer que necesite un momento para hacer una pausa, reflexionar y renovar su divino espíritu femenino.
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